Como se aparean los caracoles? No lo se, pero seguramente, lento.
El caracol, creo yo, es un animal castigado por la propia naturaleza, que dicen que es sabia, así que algo habrá hecho.
Al Caracol le sacaron la velocidad, nada más y nada menos. Se podrá decir que la velocidad es relativa, puesto que él, este baboso ser nunca pudo avanzar rápido, y al no conocer como es ser veloz, no sabe que es lento. Pero, mas allá de esta estupidez (como si un caracol entendiese conceptos), el bichito de cuernitos, ve como las hormigas, los cascarudos y ni hablar los colibríes, se mueven a velocidades mucho muy superiores a la propia en el mismo patio. Lo que le debe costar las chanzas y burlas de todos los demás animales de jardín. Me imagino al bicho bolita, retorciéndose de risa al ver la incapacidad del caracol por alcanzar sus objetivos, poniéndole hojitas (o lo que sea que coman, ravioles lo dudo, hojas me parece mas acertado) a cierta distancia, esperando que estén a apenas milímetros, para corrérselas un poco mas. Y luego, el caracol, otra vez a por su alimento, resignado a esta pesadez, se da vuelta solo para decirle a los otros burlones insectos: “Ya van a ver, ya me las van a pagar”. Y ellos, riéndose, sabiendo que esa deuda será siempre deuda. Al final, aburridos, las alimañas se harán las generosas, y le acercaran al caracol su pedacito de vegetal, su pequeñísima ensalada.
“El caracol, es una babosa con protección”, me dijo una vez una señora. Que yo recuerde, el caracol es un bicho urbano, es decir, me acuerdo que en el patio de mi tía, entre potus y malvones, en medio de la ciudad, estaba repleto de caracoles, y en ese hábitat, esa protección de poco le servia de los piedrazos que le arrojaba mi primo o de los pisotones que cuando niño yo mismo les otorgaba, con cierto morbo. Esa frágil coraza, no es más que otro castigo de la madre naturaleza, en otro acto de perversión casi sin precedentes. A algunos les tocan cruces, a otros, su propio hogar a cuestas. Y así tendrá que llevarla por el resto de su vida, hasta la muerte súbita (para el caracol, cualquier muerte, es súbita).
El caracol sabrá que venden su baba (o lo que dicen que es su baba) para combatir arrugas y acne? Lo que es seguro, es que no cobra ninguna regalía. Pero, en caso de saberlo (si, se que es imposible, pero supongamos), sabrá que es totalmente inefectivo el método?, sabrá que no es mas que otro fracaso de su raza?.
Esto, es más probable, puesto que el caracol fue creado para contrastar. El caracol nació perdido y perdedor. Nació para ser una de las especies mas bajas en los escalafones naturales. Nació para contrastar, para que su lentitud demuestre la velocidad de otros, para que su debilidad demuestre la fortaleza de otros.
El caracol es un pobre tipo, entre un montón de pobres tipos, que se creen mejores, solo por mirar al que esta peor que ellos. Típico.
Cortazar le escribió al axolote, ese ser inmóvil. Yo le escribo a este que ni esa característica interesante tiene. Entonces, ya soy casi como Cortazar?. “No, vos sos un imbecil”, me responde una voz, no se si interior o exterior, pero potente. Sin siquiera saber previamente de la existencia de quien emitió esa respuesta, me la veía venir. Entonces, mirando hacia la nada (como si eso fuera posible), retruco en voz alta: “Pero que tiene Cortazar que no tenga yo?!”. “Solo para empezar a contar, Talento, Papanatas!”. Otra vez la voz, tiene razón. Pero antes de que pueda volver a bajar la mirada al teclado, la voz se despide con una conclusión: “Vos sos el caracol de los Cortazar… Infeliz”…
Y si, ahora si soy infeliz, no es lindo que lo sentencien caracol… aunque uno lo sepa hace rato.
Brando Bruni